La Huella Ecológica
La Huella Ecológica en una herramienta que nos ayuda a analizar la demanda de naturaleza por parte de la humanidad.
Calculando la Huella Ecológica
La Huella Ecológica analiza la sustentabilidad de las acciones humanas, utilizando los datos científicos disponibles más confiables; lo que permite a las personas en general, analistas políticos y a los gobiernos medir y manifestar el impacto en los sectores económico, ambiental y de seguridad, originado por el uso que hacemos de los recursos naturales.
La Huella Ecológica de una población determinada es el área biológicamente productiva necesaria para producir los recursos que consume y absorber los desechos que genera dicha población; y dado que los habitantes de cualquier sociedad utilizan recursos de todo el mundo, la Huella Ecológica suma y estima el tamaño de las diversas áreas utilizadas, sin importar el lugar en que se encuentren.
Si representamos las demandas humanas con la Huella Ecológica, entonces éstas demandas pueden compararse con la capacidad biológica (representando los suministros ecológicos) de una región o del mundo. Cuando las demandas humanas exceden los suministros ecológicos, disminuye el capital natural (del cual dependen las generaciones actuales y futuras).
A esta situación se le llama “sobrecarga” o déficit ecológico mundial.
Los cálculos actuales evalúan el consumo por nación de 60 categorías de recursos (incluyendo los productos primarios, como leche o madera y los productos manufacturados derivados de estos). Los resultados se obtienen sumando las importaciones y restando las exportaciones a la producción nacional.
El uso de recursos y la emisión de desechos se expresan en hectáreas, que se obtienen mediante el cálculo de la cantidad de espacio biológicamente productivo necesario para proporcionar esos servicios utilizando la tecnología actual. Así tenemos que la Huella Ecológica de un ciudadano mundial promedio es de 2.9 hectáreas, la de un alemán promedio de 6.0 hectáreas, y la de un estadounidense promedio de 12.5 hectáreas.
La Huella Ecológica de la humanidad excede la capacidad regenerativa de la tierra
En el mundo existen solamente 2.1 hectáreas de espacio biológicamente productivo disponible para cada persona en la Tierra, pero la Huella Ecológica promedio mundial es de 2.9 hectáreas por persona; esto significa que la humanidad está sobrepasando la capacidad ecológica de la biosfera en casi un 35 por ciento. Es decir, tomamos más de lo que la naturaleza nos puede dar.
La biosfera necesita aproximadamente 16 meses para renovar lo que la humanidad consume en un año, lo que trae como consecuencia que el capital natural de la Tierra se esté agotando.
En muchos países, la demanda de capacidad ecológica excede el área biológicamente productiva que tienen disponible. Estas naciones están incurriendo en un déficit ecológico nacional, es decir, que en estos casos, el área del país por sí sola no puede proveer los suficientes servicios ecológicos para satisfacer los actuales estándares de consumo de su población.
Una herramienta para la sustentabilidad
En numerosos foros internacionales, particularmente en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en 1992 (la “Cumbre de la Tierra”), realizada en Río de Janeiro, los gobiernos de las naciones han adoptado el concepto de “sustentabilidad”, que se refiere a la posibilidad de que todas las personas puedan acceder a una mejor calidad de vida, respetando los límites que dicta la naturaleza. Sin embargo, sin importar cuan lógica y atractiva pueda ser esta idea, los gobiernos no han contado con métodos lo suficientemente completos y confiables para evaluar su propio avance (o el de otros) hacia este fin.
Pero ahora ellos pueden utilizar... El cálculo de la Huella Ecológica emplea lo más reciente en comunicación y recopilación de datos con la finalidad de transformar la “sustentabilidad” de un vago concepto a objetivos concretos.
Después de la Gran Depresión, los gobiernos se dieron cuenta de que los avances en la prosperidad económica del siglo XX, requerían de herramientas de medición actualizadas del siglo XX. El Producto Interno Bruto (PIB), uno de los indicadores económicos más utilizados, fue inventado por el laureado Nobel, Simon Kuznets en respuesta a esas inquietudes. Los gobiernos nacionales necesitan, específicamente, una herramienta amplia pero concisa para medir y comparar la producción económica nacional. El PIB fue creado para cumplir con estos requerimientos.
El avance hacia la sustentabilidad en el siglo XXI requerirá de herramientas innovadoras y confiables del siglo XXI para medirlo, la Huella Ecológica es dicha herramienta.
Una herramienta para la seguridad nacional
En el siglo XXI, los déficits ecológicos de una nación se están convirtiendo en un inconveniente, que va siempre en aumento, para la competitividad de las economías nacionales. Esto es tan cierto, como que el comercio mundial reduce o elimina la importancia de la protección a las industrias nacionales, y como que los acuerdos internacionales están fortalecidos para sancionar el sobre-uso de los recursos comunes.
Consideremos este ejemplo: una nación es la principal importadora de productos forestales, que mantienen un importante sector manufacturero, el diseño y la mercadotecnia transforman esas importaciones en bienes de alta necesidad para uso nacional y para exportación.
Este país puede usar a la Huella Ecológica y combinarla con evaluaciones de riesgo social y político para esclarecer así, las tendencias más relevantes.
De igual manera, puede analizar la presión por el consumo de recursos, el uso del agua, el crecimiento poblacional, el uso de la tierra urbanizada y otros factores limitantes, dentro de sus propias fronteras y entre sus socios de comercio.
Esto puede proporcionar un contexto para comprender cuestiones como las siguientes:
Dicha nación ¿debería diversificar sus abastecedoras?; ¿debería conservar o expandir sus propios bosques?; ¿debería implementar la conservación de sus cuerpos de agua y el uso sustentable de las áreas urbanas en los países que lo abastecen?; ¿o debería estar preparado para un cambio en su sector manufacturero de productos forestales?
El cálculo de la Huella Ecológica revela los intercambios implicados por el comercio entre las naciones, lo que permite a los gobiernos de éstas y a sus agencias evaluar los riesgos que pudieran presentarse y formular mejores políticas.
Definiciones clave
El Capital Natural se refiere a todos los componentes de la biosfera que proporcionan importantes servicios ecológicos, tales como la producción de recursos (renovables y no renovables), la absorción de desechos y la estabilidad climática.
La “Sobrecarga” o Déficit Ecológico, ocurre cuando el consumo de recursos y la producción de desechos por parte de la humanidad, excede la capacidad de la Tierra para generar nuevos recursos y absorber los desechos generados. Debido a esta sobrecarga, el capital natural ya no es suficiente para continuar con los estándares de uso actual. Como consecuencia, la capacidad de la Tierra disminuye para mantener la vida futura.
La Huella Ecológica analiza los patrones de consumo de recursos y la producción de desechos de una población determinada; ambos se expresan en áreas biológicamente productivas necesarias para mantener tales servicios. La Huella muestra detalladamente el cálculo de recursos específicos y suma los efectos por la falta de recursos.
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